sábado, 29 de junio de 2013

Quédate a mi lado. Autora: Noelia Amarillo.

En una ciudad en la que puedes tocar el cielo… o caer en el infierno.
Invisible para aquellos que lo rodean, Jared camina sin rumbo por las calles de una gran ciudad, buscando un futuro mejor que el presente en que está inmerso. Su deambular le lleva hasta una pequeña tienda regentada por Dolores y su nieta, Nuria. Allí, la afable anciana le dará la oportunidad de cambiar su presente, aun en contra de los deseos de su desconfiada nieta.
Bajo la desamparada apariencia de Jared, Nuria descubrirá a un hombre valiente que conquistará su corazón, aun sin pretenderlo y que, asustado por la pasión que siente por ella, intentará por todos los medios ocultársela. Al fin y al cabo, no tiene nada que ofrecer, él solo es un “sin techo” más.
Pero Nuria no es una jovencita soñadora e insegura, sabe lo que quiere, y está dispuesta a luchar por conseguirlo. Utilizará todas las armas a su alcance para vencer los recelos de Jared, y la pasión, será una de ellas…


La cosa formal.

Con la mayor de las subjetividades posibles, te voy a hablar el día de hoy de esta novela, tenía programada escribir otra reseña, pero la verdad es que como soy aniñada y consentida hago siempre lo que quiero, y lo que realmente quiero hoy , es hablarte de esta historia, porque ayer conversé en el centro del puerto en el que vivo con una persona que tiene una situación similar al protagonista de la novela, y en su honor, escribo estas líneas.
Quédate a mi lado es una novela breve, muy bien armada, adecuadamente finalizada, escrita de tal forma, que una siente el amor que puso la autora cuando estaba desarrollando la historia. Y es que me da la impresión ( y una vez leído todas las novelas de Noelia Amarillo puedo decirlo), que a ella los personajes se le aparecen, la invaden y no la dejan en paz hasta que vierte en hojas cada cosa que les ocurre. A diferencia del resto de sus novelas, que son subiditas de tono con descripción muy explícita de las escenas eróticas, Quédate a mi lado, carece casi absolutamente de este elemento ( salvo un par de ocasiones), y es que la trama apunta hacia otro lado. El lenguaje, con algunas variaciones dialectales, comprensible sin dificultad. Los capítulos van encabezados por una frase significativa, el primero: "Dicen que la primera impresión es la que cuenta..."

El argumento.

Jared es un joven indigente, no tiene nada más en la vida que su mochila con la que carga día a día y que contiene sus pertenencias que en realidad, ni tienen ningún valor. No tiene a nadie tampoco. Vive en la calle, duerme donde puede, a veces en cajeros automáticos, muchas veces a la interperie, come cuando puede, está en extremo delgado y desaliñado. Verdaderamente no tiene nada más que su propia vida. 
Nuria es una jovencita normal, que trabaja con su abuela en una tienda pequeña, que grandes ingresos no genera pero aporta. 
Aún con el agua hasta más arriba de la coronilla, Jared insiste en tratar de ganarse la vida en algo, busca trabajo pero por su aspecto, que no es el mejor ( por razones obvias), nadie se decide a confiar en él, hasta que entra a una pequeña tienda en donde una anciana logra ver más allá de la apariencia del joven y le hace un encargo. Ese pequeño acto, cambiará para siempre la vida de Jared.
Amistad, lealtad, honestidad, amor, perseverancia y esperanza, se mezclan deliciosamente en estas páginas, y se confabulan para que no te puedas despegar de ellas.

Mis  emociones.

Históricamente, los protagonistas de las historias de amor son galanes, antiguamente con títulos nobiliarios o con profesiones importantes, actualmente suelen ser millonarios o empresarios ricos y famosos y apuestos, y hot y con un magíster en el Kamasutra. Pero Jared, no es ni lo uno, ni lo otro, ni lo otro, ni tampoco lo otro. Jared, es un buen tipo que tuvo mala suerte y terminó viviendo en la calle, más pobre imposible. Cuando toca a tu puerta un indigente, qué piensas? Le das algo para que coma? Le das dinero? Yo al menos lo hago, les doy comida, les sonrío y les deseo buena suerte...hago lo que puedo...pero realmente lo hago? No, claro que no, solamente me quedo con la primera impresión. Sí tuviera un negocio, le daría empleo a alguien cuyo aspecto físico me asusta o me genera rechazo? Creo que no, me daría pánico, estaría desconfiada y temerosa, más de que me robara, que me hiciera daño.
Y es que la historia de Jared, justamente apunta a la solidaridad y a la REAL integración social de una persona, que por razones de la vida quedó en la calle; a dejar a un lado los prejuicios, y qué difícil es eso¡¡,  sobre todo en un país como el mío, en donde te enseñan que las gitanas roban niños y que el Viejo del Saco es un indigente que te va a venir a llevar si te portas mal. A entender que no basta con solamente ser simpático con quien lo necesita, sino que también hay que ser empático. 
Si una historia genera este nivel de insight, tal vez es porque realmente está viva y está esperando para que tú, cualquier día de estos, quieras conocerla.

¿Qué me dieron ganas de comer mientras leía?

Tostadas con aceite de oliva.

A la Sra. Meche, de las puertas del banco BBVA, Thno. Con afecto.

2 comentarios:

  1. Gracias, yo hace unos meses te dejé un mensaje en tu página, te escribí que tus novelas me ayudaban a abstraerme, y tú me respondiste...aún lo hacen, y mucho, muchas gracias.

    ResponderEliminar